DESAFIOS
El programa INELI Iberoamérica se ha diseñado como un conjunto de acciones de capacitación y de generación de redes de bibliotecarios innovadores. El objetivo de esa red es el de contribuir de un modo significativo a potenciar el papel de la biblioteca pública en cada uno de nuestros países como un aporte crucial para el desarrollo cívico y cultural de la comunidad. Como requisito previo hemos identificado siete desafíos a los que los bibliotecarios deben atender con carácter prioritario los que a continuación se describen.
Promocionar la biblioteca y conseguir recursos
La promoción de la biblioteca debe basarse en dos variables: la verdad y la competencia. Por lo tanto los efectos positivos de la biblioteca deben ser ciertos y demostrables y el bibliotecario debe ser capaz de aportarlos y de comunicarlos con eficacia.
Una de las amigas de INELI Iberoamérica. Jill Bourne, considera que las tres pautas para la promoción de la biblioteca son:
– Se debe cuantificar el impacto sobre la comunidad
– Se debe aceptar el ciclo de prueba y error
– Se debe estimular una admiración basada en los logros
En este vídeo Jill nos explica estas ideas de una forma más detenida y para mayor información en español consultar aquí. Jill Bourne también forma parte de una cohorte de líderes innovadores bibliotecarios de INELI. Uno de los desafíos de las bibliotecas en Iberoamérica es el de colocarlas en el centro de la comunidad y que quienes toman decisiones sobre presupuestos para ellas tengan la información necesaria para percibir su rentabilidad social.
Ofrecer más servicios además del acceso
El “Manifiesto sobre Internet” que la IFLA ha publicado en 2014 subraya el papel de las bibliotecas y los servicios de información en internet como puertas de entrada que compensen las brechas digitales establece el carácter esencial del acceso a la información y la libertad de expresión para la igualdad, el entendimiento y la paz y el papel de las bibliotecas y los servicios de información en el desarrollo y fortalecimiento de ambas.
No obstante hoy los sistemas bibliotecarios más avanzados reconocen que las bibliotecas ejercen o deben ejercer un papel mucho más amplio. En este sentido se considera esencial su labor como principal proveedor de programas educativos, eventos locales, actividades escolares o con las familiares, y centros de recursos empresariales y de empleo. Incluso si la biblioteca se orienta a un campo más artístico hay experiencias que expanden su aportación, como las desarrolladas por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, que lleva años trabajando con la idea de las conexiones improbables entre el arte, la antropología y la tecnología, así como el concepto de una Biblioteca Extramuros a la búsqueda del lector allá donde se encuentre, promoviendo la interactividad, creando emociones, fomentando la solidaridad y mejorando la competitividad
Así pues, las instituciones que participan en esta empresa perciben como un objetivo de la biblioteca pública que empresarios, innovadores y pequeños negocios puedan emplear estos espacios para trabajar en sus proyectos y recibir además servicios de asesoramiento. El desafío es convertir a la biblioteca en incubadora de proyectos para las empresas y la conecta con el tejido empresarial de sus comunidades, facilitando y promoviendo la creatividad intelectual, cultural y económica.
Estimular la posición activa de los usuarios
La biblioteca contemporánea es más un conjunto de propuestas para la acción que un acervo de libros. El bibliotecario debe poner en juego sus competencias para facilitar la creación de las condiciones más adecuadas para que surjan las ideas y la creatividad.
Otro de los amigos innovadores de INELI Iberoamérica, Kari Lämsä, desarrolla en su biblioteca de Helsinki una estrategia que reconvierte la disposición de los espacios y sus usos. Kari piensa que a las bibliotecas se las considera lugares pasivos, donde la gente lee, toma prestado libros, se está en silencio y no hay demasiada actividad. Pero en su opinión “tenemos que cambiar todo el concepto de biblioteca”, ya que las bibliotecas deben de ser lugares mucho más activos en los que los usuarios puedan crear contenido de forma conjunta con otras personas.
Los usuarios –asegura Lämsä– no solo quieren utilizar la información sino generarla, no quieren simplemente utilizar los medios sino crearlos: “La biblioteca debe ser más como una cocina que como un cuarto de estar”. El desafío en Iberoamérica es el de superar una visión tradicional en la que el lector “usa” los contenidos para pasar a crearlos.
Impulsar la alfabetización de la comunidad
Si las bibliotecas no colaboran para que los ciudadanos construyan su propio conocimiento para evaluar la información, el alcance del trabajo bibliotecario no alcanzará la potencialidad transformadora que integra entre sus elementos fundamentales. Una alfabetización crítica debe ofrecer la posibilidad de identificar las perspectivas y nutrir la capacidad de criticar y reescribir los contenidos.
Este es el sentido que tiene el documento del Cerlalc “Alfabetización: una ruta de aprendizaje multimodal para toda la vida” publicado en 2015, en el cual se señala que una alfabetización para que los ciudadanos puedan interactuar con medios impresos y digitales no solo es imprescindible “para lograr mejores procesos de aprendizaje, sino también para tener más y mejores herramientas y oportunidades en el ámbito laboral y de ejercer con mayor conciencia y responsabilidad la ciudadanía”.
Es crucial que el bibliotecario o la bibliotecaria tengan competencias profesionales para el diseño y desarrollo de iniciativas de alfabetización en información. Este tipo de actividad es básica en un contexto de proliferación de la información y de la aparición de sucesivos soportes. Es cierto que el bibliotecario que quiera ejercer un liderazgo innovador debe comprender los objetivos y ser capaz de impulsar la alfabetización digital y la alfabetización en información, pero también es cierto que debe insistirse en la función de la biblioteca como lugar para el encuentro con la ficción. Leer narraciones de ficción por placer es imprescindible para la alfabetización en las edades más tempranas y las bibliotecas son fundamentales en esta etapa de la vida. Los niños necesitan libros a su alrededor y es en las bibliotecas donde pueden encontrarlos.
La bibliotecaria necesita argumentos para la selección de las mejores historias. Es necesario reconocer la importancia del uso del lenguaje, de la trascendencia de la imaginación, pues cuando un lector está inmerso en una historia, las ganas de saber qué pasará en la siguiente página ayudan a descubrir nuevas palabras de una manera placentera. Así, la lectura de ficción, por placer, es clave para la alfabetización. Por eso cree que la mejor manera de alfabetizar a un niño es proporcionarle libros que disfrute.
Transformar la cultura de los equipos bibliotecarios
Para llevar a cabo un proceso de innovación de las bibliotecas en Iberoamérica es necesario contar con una mentalidad abierta al cambio entre los equipos de trabajadores de las bibliotecas. Otra de las amigas de INELI Iberoamérica, Anja Flicker, explica las bases que sustentaron el proceso de transformación que tuvo que asumir esta biblioteca pública para llegar a ser considera una de las más innovadoras del país y más valoradas por sus ciudadanos, como una dinámica de transformación desde el interior de la propia biblioteca, mediante un esquema de mutación en las prioridades y la cultura del equipo. Más información aquí.
Un desafío al cual debe atender un bibliotecario innovador en nuestra Región es al de crear diálogos para definir conjuntamente nuevas estrategias, observar críticamente las relaciones con la comunidad y definir esquemas de cambio.
Consolidar a la biblioteca como centro de formación
La biblioteca es, en muchos casos, el único recurso para el aprendizaje a lo largo de toda la vida, porque el sistema educativo formal presenta problemas para acoger realidades nuevas o demandas sociales ajenas al currículo de enseñanza obligatoria.
Actualmente se cifra todo la innovación educativa en la implantación de proceso digitales, pero la próxima innovación probablemente no residirá principalmente en la tecnología sino de la participación, regenerando el aprendizaje a través de la participación de la comunidad, para que asuma el aprendizaje como algo propio. El bibliotecario debe ser capaz de crear las condiciones para que estas dinámicas florezcan en su biblioteca.
Acompañar en la transformación digital
El último estudio del Centro Pew Research pone de manifiesto que las bibliotecas se encuentran en una encrucijada: por un lado, hay miembros de la comunidad que esperan que las bibliotecas mantengan sus funciones de siempre, como por el ejemplo el préstamo de libros impresos, pero al mismo tiempo, hay otras personas que apoyan la idea de que las bibliotecas deben adaptarse al mundo en el que la información está en formato digital y debe ser accesible en cualquier momento y en cualquier lugar.
Desde la perspectiva de nuestra actuación esta encrucijada es más ficticia que real. La biblioteca puede convertirse en el hogar de la innovación y en el centro en el que se pueda impulsar la transformación digital de procesos como el ocio, la creación de empresas o la organización de iniciativas sociales. Es cierto que en muchos lugares de la región iberoamericana el desafío se complica por la aún insuficiente dotación de recursos tecnológicos, pero esto no debe impedir que los bibliotecarios estén preparados para asumir un liderazgo que tarde o temprano será imprescindible porque los programas de inversiones en tecnología digital son cada vez más frecuentes e intensos.